A nadie le gusta andar con explosivos
dentro de su propia casa. Mucho menos, utilizar productos explosivos
en el interior de un edificio en el que no queramos causar un daño
importante. Por ello, realizar una demolición de un bloque de
hormigón en el interior de un recinto cerrado y cubierto es un reto
que solo puede superarse utilizando cemento demoledor: es una partida
que solo el CRAS puede ganar.
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El proyecto que presentamos en este
artículo consistía en la demolición de un bloque de hormigón
dentro de una galería fabricada con el mismo material.
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La utilización de explosivos en este
entorno es, simplemente, inimaginable. Incluso el uso de pequeñas
cantidades de explosivos para realizar pequeñas demoliciones podría
provocar peligrosas proyecciones de material y vibraciones que
podrían afectar a la estructura del edificio. Tampoco es posible el
uso de maquinaria pesada para realizar la demolición del bloque,
dadas las dimensiones reducidas de acceso al recinto en el que se
había de llevar a cabo la demolición.
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En las fotos se aprecia la perforación
realizada en el bloque de hormigón, el primer paso en los proyectos
de demolición que se llevan a cabo con cemento expansivo. Tras
verter el mortero en estas perforaciones, la reacción expansiva de
hidratación genera la suficiente presión sobre el hormigón como
para producir la rotura del mismo al cabo de pocas horas.
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El resultado es un escombro que se
puede retirar fácilmente, dando por concluida satisfactoriamente, en
pocas horas, una demolición que, a priori, no parecía sencilla de
llevar a cabo, y que el uso de CRAS acabó por hacer posible.