viernes, 24 de septiembre de 2021

El CRAS y un invitado inesperado

 En ocasiones no es fácil saber con qué nos vamos a encontrar a la hora de hacer una excavación. Desde rocas ocultas a conducciones de cualquier tipo. Incluso las excavaciones a priori más sencillas pueden ocultar problemas. 

Que se lo pregunten, por ejemplo, a los astronautas que tuvieron que cavar en la Luna en el regolito, polvo fino en la superficie pero que, a los pocos centímetros de profundidad, estaba tan compactado que hacía especialmente penosa la excavación.

De vuelta a nuestro planeta, hemos hablado en artículos anteriores de situaciones inesperadas que se han dado en excavaciones. Esta vez presentamos otro de estos casos. En concreto, el proyecto del que mostramos imágenes consistía en la unión de dos viviendas mediante la excavación de un pasillo entre ambas, en una zona que se pensaba iba a ser de fácil extracción. Sin embargo, la zona que se debía eliminar resultó ser rocosa, imposible de extraer sin romper roca.

Es el escenario en el que el CRAS se desenvuelve con soltura y ofrece soluciones a los problemas que se plantean al realizar una demolición entre edificios. El cemento demoledor realiza su función sin explosiones y sin necesidad de utilizar maquinaria pesada. 






Su utilización es sencilla, al alcance incluso de no profesionales, y no produce ruidos molestos ni vibraciones que podrían poner en peligro la solidez estructural del entorno. El CRAS, además, realiza una demolición que fragmenta la roca en partes pequeñas, fácilmente manejables a la hora del desescombro.





En las fotos que mostramos se ve el proceso que va desde el susto tras encontrar la zona rocosa no deseada en el área que debía de ser demolida, hasta el pasaje entre las dos viviendas, abierto y listo para ser acondicionado. Todo este proceso se realizó en pocos días, sin molestar al entorno y sin poner en peligro la solidez de las viviendas. Desde Kayati SL, fabricante del CRAS, se ofrece asesoramiento para la realización de este tipo de trabajos. 


Las tres décadas de experiencia de la empresa en la fabricación de cemento demoledor es un valor añadido que la firma alavesa ofrece a sus clientes y que complementa las virtudes de un producto para el que no hay invitado inesperado que se resista.