Desde Kayati SL trabajamos día a día para eliminar el principal obstáculo para el uso del CRAS en los proyectos de demolición que se realizan en entornos urbanos, que no es otro que el desconocimiento de nuestro producto por parte de los encargados de organizar las demoliciones. Alternativas como el uso de explosivos están totalmente descartadas en razón del peligro que entraña el manejo de esta sustancias en entornos urbanos, habitados y en los que el ruido, la onda expansiva, las proyecciones de material y, en general, todos los inconvenientes que causa el explosivo, hacen totalmente impensable su utilización.
Otra alternativa, como es el uso de martillos neumáticos de tamaño medio-grande, los “pica-pica”, goza de bastante predicamento entre profesionales de la demolición que no conocen -o no confían aún- en el cemento demoledor.
Las molestias que genera el uso de estas herramientas las pagan los vecinos: ruidos molestos, repetitivos, que acaban generando una sensación de malestar profundo, cuando no de auténtica pesadilla entre las personas cercanas -y no tan cercanas- al lugar en el que se está procediendo a la demolición mediante esta técnica.
La contaminación acústica, las
vibraciones y el trajín de maquinaria en la zona de la demolición
convierten a ésta en una experiencia traumática para el vecindario.
El CRAS evita estos problemas mediante
la explosión sin explosivos, aprovechando la fuerza expansiva
generada por la hidratación.El uso del CRAS es sencillo. En primer lugar se hace una perforación del elemento -roca, bloque de hormigón…- que se quiere demoler, de acuerdo a una distribución que facilite la rotura de la roca. Posteriormente, se prepara el mortero con el CRAS, que se vierte en los orificios generados en la zona a demoler.
Al cabo de unas horas, el CRAS
desarrolla su fuerza expansiva y acaba fragmentando el bolo, el
bloque de hormigón, la roca o cualquier otro elemento que se desee
demoler. Tras esta rotura puede procederse al desescombro. En este
reportaje mostramos imágenes de este proceso, sencillo, silencioso y
con muy escasa influencia en el entorno.
Kayati SL, fabricante del CRAS, es
miembro reconocido de diversas asociaciones de empresas de
demolición, y tanto en esos foros como a través de una intensa
labor de comunicación, da a conocer las virtudes de este método de
demolición. Y, con ello, ayuda a que los vecinos cercanos a estos
trabajos no pierdan la tranquilidad ni mucho menos el sueño.