Cuando los piratas de las películas
excavan, suele ser para buscar un tesoro. En el mundo real, cuando
excavamos en un terreno para realizar un vaciado, nos podemos
encontrar con “tesoros” no buscados. Un bolo enorme de granito,
por ejemplo, que no tiene ninguna intención de dejarse mover de ahí.
Mostramos aquí el bolo que apareció
en el jardín de una urbanización en la zona mediterránea. Una
piedra de un tamaño considerable, de gran dureza, y que presentaba,
para su eliminación, los problemas que se presentan habitualmente
cuando se trata de hacer una demolición en terreno urbano, habitado:
imposibilidad de usar explosivos y conveniencia de evitar el uso de
ruidosa maquinaria neumática. Una pesadilla para el contratista de
la obra.
La solución a este quebranto vino de la mano del CRAS. El cemento demoledor fabricado por la firma alavesa Kayati SL sirve para realizar demoliciones sin necesidad de usar explosivos. La composición química del CRAS facilita que, durante el proceso de fraguado del mismo, una reacción química de hidratación genere una fuerza expansiva suficiente como para quebrar la roca más dura en unas pocas horas.
En el caso que nos ocupa, la forma de librarse de este indeseado tesoro fue la habitual cuando se trabaja con el CRAS: se realizó una perforación múltiple de la roca, siguiendo una distribución de taladros de acuerdo con las indicaciones de uso del producto, se vertió en estas perforaciones el mortero producido a partir del cemento CRAS en polvo, y se esperó durante unas horas a que la expansión del CRAS produjese la rotura de la roca.
El resultado final fue la demolición de la roca, que, dividida en partes más pequeñas y manejables, permitió la retirada del bolo y la continuación de los trabajos.
La solución a este quebranto vino de la mano del CRAS. El cemento demoledor fabricado por la firma alavesa Kayati SL sirve para realizar demoliciones sin necesidad de usar explosivos. La composición química del CRAS facilita que, durante el proceso de fraguado del mismo, una reacción química de hidratación genere una fuerza expansiva suficiente como para quebrar la roca más dura en unas pocas horas.
En el caso que nos ocupa, la forma de librarse de este indeseado tesoro fue la habitual cuando se trabaja con el CRAS: se realizó una perforación múltiple de la roca, siguiendo una distribución de taladros de acuerdo con las indicaciones de uso del producto, se vertió en estas perforaciones el mortero producido a partir del cemento CRAS en polvo, y se esperó durante unas horas a que la expansión del CRAS produjese la rotura de la roca.
El resultado final fue la demolición de la roca, que, dividida en partes más pequeñas y manejables, permitió la retirada del bolo y la continuación de los trabajos.
No nos consta que, bajo el bolo,
hubiese un tesoro pirata, pero sí que nos alegra saber que los
trabajos pudieron continuar sin tropezar en una piedra enorme, para
alivio y satisfacción de nuestros clientes.
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