martes, 23 de marzo de 2021

Eliminación de zapatas de hormigón con el CRAS


 La rehabilitación de espacios fuera de uso en ciudades y pueblos es una forma de ganar para la comunidad zonas que en su momento fueron foco de actividad económica pero a las que el paso del tiempo ha dejado fuera de uso, en ubicaciones privilegiadas.

Antiguas naves de uso industrial, centros comerciales, viviendas antiguas en situación precaria, instalaciones deportivas o culturales obsoletas, gasolineras un día situadas en las afueras y absorbidas por el desarrollo urbanístico… El perfil de edificación que acaba siendo demolida para liberar un espacio que, al contrario de lo que sucede con lo que está construido sobre él, ha ganado valor con el paso del tiempo, es variado, y plantea una problemática similar a la hora de la demolición. Situados en pleno casco urbano, ésta no puede llevarse a cabo usando explosivo. Están en “territorio CRAS”. 



Las imágenes que se muestran en este reportaje corresponden a una demolición llevada a cabo en uno de estos edificios que vivieron tiempos mejores y que, a la hora de su desmantelamiento suelen incluir alguna sorpresa. En este caso, la existencia de unas zapatas de hormigón en la base del volumen que se quería liberar obligaron a plantear una demolición de las mismas de forma controlada.

En este tipo de obras el uso del cemento demoledor es una solución ideal. El CRAS permite concentrar el trabajo en las zonas que se deseen demoler, mediante la distribución adecuada de las perforaciones en las que se realizará la carga del mortero preparado con el cemento demoledor fabricado por la firma alavesa Kayati SL. Esta distribución permite diseñar tanto la rotura como el tamaño y ubicación del escombro generado, lo que facilita su posterior retirada.

La rotura que produce el CRAS a la hora de demoler es limpia, hasta el punto de que el producto se usa en canteras de granito y de mármol, donde el material en el que hay que producir rotura para su extracción es muy valioso, y se han de minimizar las pérdidas en el proceso de extracción.


En el caso de las zapatas de hormigón, la rotura es limpia, a ras de la pared del solar. La existencia de armadura de acero en el hormigón no supone problema. Ésta se corta con una amoladora, liberando así los bloques de hormigón, desmenuzados por el proceso de demolición, y que son retirados de manera sencilla de la zona, que queda libre para que continúe el proceso de rehabilitación del área. Un nuevo éxito en “territorio CRAS”.




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